
El acuerdo paritario firmado por la conducción provincial de UEPC hace apenas unas semanas ya está completamente desactualizado. La realidad económica se lo llevó puesto. La devaluación aplicada por el FMI y el gobierno nacional, el descontrol de los precios en alimentos, y los brutales descuentos de APROSS en los recibos de sueldo, convierten en papel mojado cualquier porcentaje que se haya firmado.

No se trata de una apreciación subjetiva ni de una mirada exagerada. Cualquier compañera o compañero que haya ido al súper en las últimas semanas lo puede confirmar. Los alimentos suben semana a semana, los alquileres se disparan, los medicamentos ya casi ni se consiguen, y mientras tanto, nuestros sueldos docentes pierden poder adquisitivo a una velocidad alarmante.
Los acuerdos salariales no son una promesa eterna, son un compromiso que debe ser revisado cuando las condiciones cambian drásticamente. Hoy, con una inflación acumulada en lo que va del año que ya supera cualquier cálculo previo, es evidente que el salario docente vuelve a quedar atrás.
Desde UEPC Capital vienen reclamando con claridad la reapertura inmediata de la mesa de negociación salarial. Es una necesidad urgente para miles de docentes que no llegan a mitad de mes, que viven endeudados, que se funden con las cuotas escolares de sus hijxs o que no pueden pagar los servicios básicos. No podemos naturalizar que un docente cobre un salario por debajo de la linea de pobreza.
Sin embargo, desde la conducción provincial de UEPC, encabezada por Roberto Cristalli, no hay ni un solo pronunciamiento al respecto. El silencio que mantiene la lista Celeste es ensordecedor. Ni una línea en redes, ni una palabra en los plenarios, ni un gesto hacia las bases. Y eso, en medio de este escenario económico, asusta.
Más aún cuando otras agrupaciones opositoras dentro del sindicato tampoco han levantado con claridad la bandera de la reapertura. Lo decimos con preocupación: ¿Qué están esperando para pedirlo? ¿Por qué tantas conducciones que dicen oponerse a la Celeste no se plantan con fuerza ante esta urgencia salarial?
Mientras tanto, en los colegios la bronca crece. La base docente sabe que con este salario no se puede más. Que ya ni las horas extra, ni las dos escuelas, ni los turnos rotativos alcanzan. Que estamos trabajando más que nunca para ganar menos. Y que así, lo único que se logra es desgastar a la docencia y empujarla al límite.
A esto se le suma el escándalo de APROSS. Los descuentos aumentaron fuertemente, pero los servicios no mejoran. Por el contrario, cada vez más profesionales y clínicas se bajan de la cartilla, lo cual nos deja pagando fortunas por atención médica o directamente sin acceso a la salud. El ajuste también nos pega por ese lado.
Frente a esta realidad, el sindicato no puede seguir atado a un calendario prefijado de discusiones salariales. Tiene que haber capacidad de reacción y voluntad de lucha. Y eso empieza por reconocer que el acuerdo vigente ya no sirve y que urge rediscutir las condiciones salariales.
La reapertura de paritarias no es un capricho, es una demanda de supervivencia. Porque con estos sueldos, las condiciones mínimas para enseñar y vivir con dignidad están en riesgo. Y cuando eso ocurre, lo que peligra no es solo nuestro bienestar, sino también el derecho social a la educación.
Desde Prensa Docente vamos a seguir insistiendo en este reclamo. Lo hacemos porque estamos en las aulas, porque compartimos la angustia con nuestras compañeras y compañeros todos los días.
El Profe Tissera